dilluns, 25 de maig del 2009

Aprender a perdonar

Al aproximarse a la recepción de un hotel, a un hombre le llama la atención un ruido y al voltearse a ver qué es, golpea sin querer con el codo, el seno de una linda mujer.

Apenado y sin saber qué hacer, él dice:
- Mil disculpas señorita, si su corazón es tan suave como su seno, tengo la seguridad de que me perdonará.

La mujer sonriendo le responde:
- Y si su pene es tan duro como su codo, mi habitación es la 201.